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Nuestra miel y Zambia

La miel intensa y densa nutre el pelo y le da brillo. Pero la cosa no acaba ahí. De hecho, la cosa empieza en Zambia, con una apicultura extrema y con colmenas hechas a mano.

Trabajando con la naturaleza

Descalzo y sin guantes o ropa protectora, el apicultor zambiano Gibson escala un árbol alto para llegar a una colmena tradicional que se encuentra en la cima. Sorprendentemente, parece que no le cuesta trabajo. Después de coger la colmena, un cilindro hueco hecho de corteza de árbol, desescala con cuidado hasta llegar al suelo, abre un extremo de la colmena, mete el brazo y saca un panal grande, cubierto todavía con pequeñas abejas.

Gibson es uno de los cientos de apicultores zambianos que recogen la miel usada en el champú líquido Fairly Traded Honey y en el champú sólido Honey I Washed My Hair. Hemos viajado hasta Zambia para vivir la experiencia apícola tradicional y ver cómo trabaja la gente. «Gibson estaba en plena armonía con las abejas», dice el experto en abejas de Lush, Richard. «No es su dueño y no las controla, pero actúa como una especie de auxiliar que también protege el entorno en el que viven».

Para muchos agricultores de la provincia del noroeste de Zambia, la apicultura resulta un salario adicional y vital. La apicultora Ruthie, por ejemplo, que es viuda, ha hecho posible que seis niños vayan a la escuela e incluso ha podido construir su propia casa gracias a los beneficios de la apicultura. Puesto que los bosques verdes suponen el 60 % de Zambia, el país es el hábitat perfecto para las abejas melíferas salvajes. Las colmenas tradicionales se crean gracias a una habilidad extraordinaria y a una artesanía que pasa de generación en generación. Un árbol suele dar de quince a veinte cortezas de colmenas y cada una de ellas puede usarse sin problemas durante diez años, de manera que el impacto medioambiental es mínimo.

Como la naturaleza tiene pensado

La miel que se obtiene de esta zona no lleva ni pesticidas ni herbicidas, porque las abejas que la hacen recogen el néctar de bosques rurales sin cultivar. Es de una calidad excelente y tiene un aroma intenso, distintivo y ahumado que le aporta al pelo brillo e hidratación. A los agricultores se les paga un precio justo por la miel y apoyan una cadena de suministro medioambientalmente estable que les permite vender su miel a Lush, además de guardar suficiente como para vender en su mercado doméstico.

Inspirado en los olores del mundo real

El aroma del champú Fairly Traded Honey está repleto de un poder floral que bebe de los bosques y la flora que rodean el río Kabompo. El olor dulce y fuerte de la miel se equilibra con el delicado absoluto de rosa y los aceites esenciales de geranio y bergamota. Asimismo, este champú no necesita conservantes, ya que, en cada botella, hay más de la mitad de miel, que actúa como conservante natural.

Descubre más sobre los apicultores y apicultoras de Zambia y nuestra experiencia con ellos en este enlace.

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