¿Qué son los cosméticos autoconservantes para LUSH?
«Autoconservante» significa que los productos se formulan para que duren frescos, efectivos y seguros sin conservantes (tal y como se define en el anexo V de las regulaciones de los cosméticos de la Unión Europea). Sin embargo, cuando hablamos de que los productos se mantengan efectivos, no solo se trata de lo que les quitamos, sino también de lo que les ponemos.
¿Qué son los cosméticos autoconservantes?
Antiguamente, los cosméticos se trataban como comida: se hacían en casa usando ingredientes de la alacena o el boticario los mezclaba para venderlos. Por descontado, la época de ir al médico de tu pueblo para una crema personalizada ya ha pasado, pero en Lush no vemos por qué tendrías que conformarte con algo inferior a lo fresco. Por esto mismo, nuestro negocio está únicamente estructurado para producir pequeñas tandas de productos frescos que no requieren conservantes sintéticos casi nunca.
«El trabajo empezó teniendo en cuenta el objetivo a largo plazo de hacer cosméticos sin conservantes», explica Helen Ambrosen, cofundadora de Lush e inventora de productos, «ya que sabíamos la irritación que podía darse al usar químicos; además, nos preocupaba el impacto que podían tener en vuestra piel y en el medioambiente. Inventar mascarillas de cara usando miel, arcilla y glicerina con montones de fruta y verdura frescas; explorar la ausencia de agua para crear cremas, y hacer productos en formato sólido cuando normalmente vendrían en líquido, con conservantes y envase, nos ha llevado a hacer innovaciones increíbles».
¿Qué significa «autoconservante» para Lush?
Primero, las formalidades. Lush emplea el término «autoconservante» para aquellos de sus productos que se han formulado para que se mantengan frescos y efectivos sin los conservantes sintéticos que aparecen en esta lista de anexo V de las regulaciones de la Unión Europea (EC) No 1223/2009.
Eso significa que, mediante una formulación inteligente, una salida rápida de las fábricas y una vida útil más corta, podemos ofrecerte productos que son duraderos y frescos sin utilizar conservantes sintéticos, ingredientes antimicrobianos que se añaden para limitar el desperdicio y la contaminación. Muchos cosméticos convencionales suelen requerirlos porque se guardan en almacenes durante meses. Pero los nuestros no.
«Autoconservante» no es lo mismo que «sin conservantes», aunque ambos conceptos comparten algunas características. Los productos autoconservantes pueden contar con ingredientes que tengan propiedades antimicrobianas de forma natural, como aceites esenciales, sales o miel. Algunos ingredientes reducen el contenido de agua de un producto, lo que aumenta sus propiedades conservantes (a los microbios les encanta el agua). Otra consideración es que algunos materiales olorosos listados en el anexo III de las regulaciones cosméticas de la Unión Europea, como el benzyl alcohol, también aparecen en la lista de conservantes del anexo V. Aceptamos estos materiales en fórmulas autoconservantes si su efecto conservante es casi insignificante por la concentración tan pequeña en el producto.
El benzyl alcohol, por ejemplo, es un componente de los aceites esenciales como el ylang ylang y el jazmín, que se da de forma natural, pero a veces lo añadimos también al perfume de un producto para mejorar tu experiencia. Siempre indicamos en las listas de ingredientes si los componentes como este los añadimos nosotros mismos (aparecen en negro) o se dan de forma natural (en verde). De esta manera siempre tendrás toda la información.
Esta es la parte más formal. Ahora, la parte más chula.
Productos autoconservantes: ¿por qué te interesan?
En general, nos gusta decirte qué tienen tus productos en lugar de no hacerlo, pero, a veces, hablar de la ausencia de algo es necesario. Es innegable que, en ocasiones, los conservantes son esenciales para mantener los productos estables, higiénicos y efectivos. Por esta razón verás que algunos de nuestros productos llevan conservantes, como cremas o protectores solares en crema que pueden estar expuestos a subidas de temperatura, o incluso aquellos que se apliquen alrededor de los ojos. Cuando usamos conservantes, lo hacemos en las concentraciones mínimas, por eso los productos de Lush duran menos en las estanterías.
¿Qué vida útil tienen los productos autoconservantes?
Creemos que un número enorme de productos con conservantes en el mercado es algo que beneficia al fabricante, no al consumidor. Los conservantes permiten al fabricante hacer tandas al por mayor de forma más barata y almacenar los productos durante más tiempo. Dado que hay muchos fabricantes cuyas fábricas no les pertenecen y subcontratan este trabajo, les resulta claramente beneficioso añadir conservantes para sacarle el máximo partido a la vida útil en las estanterías.
Tenemos un modelo de negocio completamente diferente porque inventamos y hacemos nuestros propios productos a mano y en pequeñas tandas (¡hasta los perfumes!), y las fábricas son nuestras. Esto nos da un control total del proceso.
El compromiso que tenemos contigo es el de productos con una vida útil más corta, aunque siempre disponemos otras opciones. Una mascarilla facial fresca autoconservante guardada entre 2 y 8 grados en la nevera tiene una vida útil de 28 días; una mascarilla facial y corporal autoconservante superventas como Mask Of Magnaminty dura hasta cuatro meses. Un hidratante facial autoconservante como Peace te durará nueves meses; un sérum facial sólido autoconservante como Full Of Grace, catorce.
Creemos que una vida útil más corta merece la pena por la calidad y la frescura de los ingredientes, y porque reduce tu exposición (y la del equipo de las fábricas) a los conservantes, con los que preferiríamos no lidiar. Son varias las razones por las que queremos limitar el uso que hacemos de estos ingredientes.
Cuidar de tu microbioma y tu salud
Tu microbioma es un ecosistema complejo de bacterias, virus y hongos que viven en la piel, con alrededor de un millón de microorganismos que hacen de cada centímetro cuadrado su casa. Te protegen de los patógenos y forman una parte importante de la barrera de la piel. Con esto en mente, siempre nos ha preocupado que los conservantes puestos en los cosméticos y que están destinados a los microbios también puedan afectar a este delicado ecosistema. Las investigaciones nos muestran que los conservantes comunes pueden actuar y actúan contra las especies que crea tu microbioma, así como contra los patógenos, aunque se precisa más investigación clínica en este campo. Aun así, si piensas en el número de productos con conservantes que utilizas en la piel todos los días (un estudio sugiere que el 85 % de las mujeres estadounidenses suele ponerse como mínimo 16 productos antes de salir de casa), te darás cuenta de que es mucho daño el que se le puede causar al microbioma.
Las pequeñas cantidades de conservantes también son absorbidas sistémicamente a través de la piel. Estas cantidades diminutas se acumulan con el tiempo, de ahí que pensemos que tiene sentido utilizar conservantes solo donde sea absolutamente necesario. Helen Ambrosen, cofundadora de Lush e inventora de producto, explica lo siguiente: «La toxicóloga de Lush nos dice que los conservantes no son dañinos, aunque nos recomienda evitarlos si podemos. Sin embargo, es preciso recordar que un producto que no tenga un sistema de conservantes efectivo puede ser, asimismo, peligroso. Así, seguimos creando ese frágil equilibrio entre los microorganismos con los que vivimos en armonía y el control de aquellos que nos perjudicarían».
Dejando el mundo mejor de lo que lo encontramos
Dado que los productos cosméticos no se diseñan, generalmente, para que se absorban (salvo las medicinas), las cantidades que no absorbe nuestra piel se van desagüe abajo cuando nos metemos en la ducha. Entran en los sistemas de agua y se convierten en parte de un ciclo esencial para la vida en la tierra. Las plantas y los animales acuáticos expuestos a químicos como conservantes se los pasan a otros animales (como los humanos) que están un peldaño por encima en la cadena alimenticia. Este proceso se conoce como «bioacumulación».
Las instalaciones que tratan el agua trabajan para eliminar materiales perjudiciales, pero no pueden erradicarlos del todo, y esto se puede apreciar en masas de agua, sobre todo en los ríos. Los conservantes se pueden incorporar a las aguas residuales, pasar por una biodegradación rápida o formar subproductos clorados que pueden dañar la vida marina y, en última instancia, poner en riesgo la salud humana. Así pues, creemos que es mejor evitar su uso donde podamos.
Vale lo que cuesta
Aquellas personas más astutas se habrán dado cuenta de que, al reemplazar parte del agua en los productos, ¡consiguen aceites, mantecas y arcillas más caros por el precio que pagan! Por ejemplo, la supermascarilla autoconservante Mask Of Magnaminty contiene más de un 25 % de miel (que tiene propiedades humectantes e hidratantes), en comparación con la versión con conservantes, que tiene poco más de un 5 % de miel. Un producto menos diluido puede llegar más lejos (solo hay que echar un vistazo a nuestros champús sólidos, por ejemplo, que duran el doble que los champús líquidos de 250 g*).
Teniendo en cuenta todas estas razones para pasarse a lo autoconservante, Lush se muestra firme en la creencia de que es beneficioso para ti, para el equipo y para el medio ambiente, y está comprometido a desafiar el status quo de la industria cosmética. «Todo el trabajo dedicado a la creación de productos autoconservantes ha sido una experiencia larga y fascinante», dice Helen. «Conocer y vivir con microorganismos y ver cómo es su vida dentro de los productos nos ha llevado a mirar más allá en este universo de seres oportunistas e inteligentes. Esperamos que este trabajo suponga un cambio real en la industria cosmética».
*Basado en una encuesta a 136 empleados de Lush en la que se demostraba que un champú líquido de 250 g duraba una media de 16 lavados, en comparación con los 37 de uno sólido.
Referencias
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