5 minutos con una perfumista de producto
La perfumería de productos en Lush mezcla creatividad, locura y un lado desconocido. Si alguien te dijera: «Haz un perfume para este producto, es de color morado», ¿cómo lo harías? Según Emma Vincent, hacer una fragancia requiere valentía, ingenio y también paciencia.
Hace diecinueve años que inició su carrera en Lush, y después de muchos puestos distintos, Emma ha conseguido uno con el que sueñan lushies de todo el mundo: el de perfumista de productos.
Ha pasado muchos años en el Departamento de Compuestos Esenciales (EC, por sus siglas en inglés) en Poole, el único lugar del mundo donde se hacen los perfumes de nuestros productos, creando fórmulas secretas, que se mandan a las fábricas. Después de todo este tiempo, la perfumista ha dado forma a olores tan populares como Avocado Co-Wash.
¿Cómo es el proceso de hacer el perfume de un producto?
Emma nos cuenta: «Para mí, en realidad es algo desechable. No es algo a lo que esté muy apegada, porque muchas veces no se usan o no me gusta el resultado, así que no quiero invertir demasiado tiempo en el proceso. Trato de hacerlo bastante simple. Nunca uso más de 10 o 15 materiales, y trato de ser lo más creativa posible porque después de un tiempo haciendo esto, ¡la cosa se vuelve complicada!».
El producto está casi terminado: ya cuenta con las características de color, forma y efectos sobre el cuerpo, pero falta el perfume. Aquí es donde la colaboración entre Emma y los inventores de producto es más importante. Nos cuenta un poco más: «Me explican qué ingredientes concretos han utilizado y yo intento usarlos en la fragancia para que se complementen».
Pero ¿qué pasa cuando la información que recibe es demasiado amplia? Pues que entra en juego la inspiración. Emma dice: «Alguien viene y me dice "¿me puedes hacer una fragancia de limón?" Pues la he hecho quince veces ya, así que me pregunto de dónde voy a sacar la inspiración. Y lo cierto es que solo hay que pensar desde una perspectiva distinta». Y continúa: «Otras veces me dan el nombre de un producto, que es algo vago, o sea que tengo que encontrar la inspiración por mí misma, y lo que hago es mirar libros de recetas y cócteles para ver qué combinaciones de frutas hacen, pero no todo funciona. En realidad, la perfumería de productos es bastante simple. Siempre será natural y es más fácil que los perfumes como tales».
¿Qué diferencia hay entre la perfumería de un producto y la creación de un perfume como tal?
Depende de la aplicación. Emma nos explica: «En la perfumería de productos se da un acercamiento más técnico, de manera que los ingredientes del producto podrían ser un reflejo de los ingredientes del perfume. Si la creación es para una bomba de baño, hay que tener en cuenta que el producto está desnudo, y que por tanto necesita aguantar el estar al aire y las luces de la tienda. Cada tipo de producto cuenta con sus propios parámetros».
Para la fragancia de los perfumes, los ingredientes que se eligen no se utilizan por sus preciados beneficios, sino por su poder de evocar un recuerdo, reflejar una emoción y contribuir al aspecto narrativo que se ha creado con el perfume.
¿Por qué Lush hace sus propias fragancias?
En una industria donde los perfumes no se hacen de forma propia, sino que se compran, ¿por qué Lush no elige la opción fácil? El suministro responsable es una razón, pero también la pasión por el perfume, que es una parte fundamental del producto.
Todo lo que hacemos es pensando en ti, pero en el proceso no puede faltar algo de personalidad, tal y como explica Emma: «El hecho de que hagamos las fragancias en Lush significa que tenemos un control absoluto sobre la creación de un producto y una transparencia total sobre el material utilizado. Esta industria siempre ha estado envuelta en el secretismo, de forma que comprar a otra casa de perfumes se traduciría en que tendríamos muy poca información de lo que hay detrás. Esto anularía el gran trabajo que hacemos éticamente, desde el no testado en animales hasta nuestros proyectos de crecimiento regenerativo y nuestras colaboraciones».
Pero, ¿qué pasa cuando se hace un perfume y no se utiliza? Bueno, aunque no sea adecuado en ese momento, puede que en el futuro sea de ayuda. Mark Constantine, cofundador de Lush y perfumista, siempre aconseja a Emma no desechar ninguna fórmula: «He hecho algunas cosas que no me han gustado mucho, pero las tengo a mano. Una de las cosas que Mark siempre me dice es: "Da igual lo que pienses ahora, no la tires a la basura. Puede que no te guste, pero que, en realidad, sea muy buena, o que podamos incorporarla a otra cosa"».
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